sábado, 3 de enero de 2009

Como un árbol en otoño

Me siento como un árbol en pleno otoño, veo que mis hojas cambian de color y que cada vez se alejan más de mi, se separan, me dejan, me olvidan, se esparcen pero aún así siguen a mis pies.
Siento como si tu fueras el frío viento que se cuela entre mis ramas y hace secar mis hojas, disfruto sentirte cerca, pero cada vez que te tengo a mi lado y por un momento te alejas haces que renazcan todas mis penas que por un tiempo estuvieron olvidadas.
Te vas y mis hojas pierden su color, su textura, incluso su sabor, su olor, su sentido. Ya no bailan cuando llega el viento, pues el viento ya no eres tú.
Me dejaste y preferiste ser agua para irte con el mar. Y ahora preferiría dejar de ser árbol que juró esperar a que volvieras a ser viento y yo empezar a ser mar y que con cada gota de tu agua pudieras en mi formar un oceano de amor.
¿Por qué prefieres ser agua si siendo viento tienes más libertad? ¿Por qué no seguir siendo mi viento a quien permito que aunque haga frío acaricie mis hojas y las haga temblar?
Escucha mi grito aire mío y ayudame a respirar, pues sin ti no vivo, no quiero vivir más.
No quiero sentir mis hojas rozar mis pies y que con cada falso soplo de aire lloren por no verte más, no quiero sentir más viento si el viento no eres tú, no quiero sentir más lluvia si la lluvia no eres tú.
No quiero amar a nadie si a quien he de amar no eres tú.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es algo sinico escribir cosas que resultan bellas a partir de cosas que resultan tristes. A mi me Gusta.

Luna dijo...

Gracias David...